Durante los primeros meses de vida, la flora intestinal se está formando y desarrollando, y la ingesta de probióticos promueve un equilibrio en la microflora gastrointestinal, ayudando a prevenir y evitar enfermedades digestivas o infecciosas y contribuyendo con el normal funcionamiento del sistema inmunitario.
La combinación de probióticos como L. rhamnosus y L. reuteri, contribuyen con beneficios potenciales para la salud digestiva, al reducir la intolerancia a la lactosa, las diarreas, los cólicos, la dermatitis atópica, aliviando el estreñimiento y reforzando el sistema inmune.